Volver

Saludo Viernes 27 de Marzo

Queridas familias y profesores:

 

Creo que todos, o casi todos, tenemos la experiencia de como la vida, las circunstancias, el trabajo, la casa, nuestras debilidades o nuestros defectos… están constantemente pasándonos  por encima, cual rodillo que, poco a poco, nos va aplastando. ¿Cómo tener paz? ¿Cómo estar serenos cuando vemos que muchas cosas se nos escapan de las manos o no van como debieran? San Claudio de la Colombiere tiene una oración preciosa que nos da la clave para vivir con esta disposición interior. Reza así:

«Dios mío, estoy tan convencido de que veláis sobre todos los que en Vos esperan y de que nada puede faltar a quien de Vos aguarda todas las cosas, que he resuelto vivir en adelante sin cuidado alguno, descargando sobre Vos todas mis inquietudes. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque Tú ¡Oh Señor! Y sólo Tú, has asegurado mi esperanza.

Los hombres pueden despojarme de los bienes y de la reputación; las enfermedades pueden quitarme las fuerzas y los medios de serviros; yo mismo puedo perder vuestra gracia por el pecado; pero no perderé mi esperanza; la conservaré hasta el último instante de mi vida y serán inútiles todos los esfuerzos de los demonios del infierno para arrancármela. Dormiré y descansaré en paz.

Que otros esperen su felicidad de su riqueza o de sus talentos; que se apoyen sobre la inocencia de su vida, o sobre el rigor de su penitencia, o sobre el número de sus buenas obras, o sobre el fervor de sus oraciones. En cuanto a mí, Señor, toda mi confianza es mi confianza misma. Porque Tú, Señor, solo Tú, has asegurado mi esperanza.

            A nadie engañó esta confianza. Ninguno de los que han esperado en el Señor ha quedado frustrado en su confianza.

Por tanto, estoy seguro de que seré eternamente feliz, porque firmemente espero serlo y porque de Vos ¡oh Dios mío! Es de Quien lo espero. En Ti esperé , Señor, y jamás seré confundido.

Bien conozco ¡ah! Demasiado lo conozco, que soy frágil e inconstante; sé cuanto pueden las tentaciones contra la virtud más firme; he visto caer los astros del cielo y las columnas del firmamento; pero nada de esto puede aterrarme. Mientras mantenga firme mi esperanza, me conservaré a cubierto de todas las calamidades; y estoy seguro de esperar siempre, porque espero igualmente esta invariable esperanza.

En fin, estoy seguro de que no puedo esperar con exceso de Vos y de que conseguiré todo lo que hubiere esperado de Vos. Así, espero que me sostendréis en las más rápidas y resbaladizas pendientes, que me fortaleceréis contra los más violentos asaltos y que haréis triunfar mi flaqueza sobre mis más formidables enemigos. Espero que me amaréis siempre y que yo os amaré sin interrupción; y para llevar de una vez toda mi esperanza tan lejos como puedo llevarla, os espero a Vos mismo de Vos mismo ¡oh Creador mío! Para el tiempo y para la eternidad. Amen».

 

Queridas familias, como decía Santa Teresita, la confianza y nada más que la confianza nos conducirá al Amor.

 

Un fuerte abrazo a todos; que Dios les bendiga y la Virgen les cuide.

 

 

 Padre Josep Vives G.

HNSSC

  • Diseño sin título-2
  • Ver como galeria

Publicaciones Anteriores