Saludo Sábado 4 de Abril
Muy queridas familias:
Van pasando los días de cuarentena y nos encontramos casi sin darnos cuenta que hoy es ¡sábado! Una semana más…y ¡no hemos sucumbido al desastre! Más vale que no apostamos a ver si lo conseguíamos porque seguro perdíamos la apuesta.
Se cumple una vez más en nuestra debilidad aquello de san Pablo: “Todo lo puedo en Aquel que me hace fuerte” (Flp 4.13). Y para continuar adelante, sin asustarnos de nuestra debilidad, por un lado, y sin olvidar las acciones de Dios por otro, nos ponemos en manos de la Virgen María en este sábado sabiendo que María es capaz de transformar el corazón del hombre con la dulzura de su amor como nos enseña san Anselmo: “Oh Señora que robas los corazones con tu dulzura, y ahora robaste mi corazón ¿Y dónde lo has puesto para que pudiera yo hallarlo? (…) ¡Oh robadora de corazones! ¿Cuándo me restituirás mi corazón? (…) Cuando te lo pido, me sonríes; y al punto, adormecido con tu dulzura me aquieto. Cuando, vuelto a ti, te lo pido de nuevo, me abrazas, Dulcísima, y luego quedo embriagado con tu amor. Ahora mi corazón no lo distingo del tuyo; ni sé pedirte otro, sino el tuyo. Más, ya que así mi corazón se ha embriagado con tu amor, adormecido con tu amor, gobiérnalo con el tuyo (…) y ponlo en el costado de tu Hijo”.
En el inicio de estos días se les envió un librito para poder rezar el rosario en familia, reconociendo aquel dicho popular “familia que reza unida, permanece unida” y mirando a María y dejándonos mirar por la Señora, como nos decía hace poco san Bernardo, no temer el naufragio de nuestra débil barquilla.
Con nuestras bendiciones y recordad que cada día en nuestras misas privadas están presentes, junto con todos los santos del cielo, cada una de vuestras intenciones y necesidades.
Virgen del Carmen, Reina de Chile, salva a tu pueblo que clama a Ti.
Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC