Volver

Saludo Domingo 30 de Agosto

Queridos profesores y familias del colegio:

 En este domingo les pongo una poesía de Santa Teresita que parecería que la hubiera escrito justamente para nosotros.

“Mi vida es un instante, una efímera hora,
mi vida es sólo un día volandero y fugaz:
Tú lo sabes, Dios mío, ¡para amarte aquí abajo
no tengo más que hoy!
¡Oh, Jesús, yo te amo, hacia Ti mi alma tiende,
sé por un solo día mi dulce protección,
ven y reina en mi pecho y dame tu sonrisa
¡nada más que por hoy!
¿Qué me importa que en sombras esté envuelto el futuro?
¡Nada puedo pedirte para mañana, oh Dios…!
Conserva mi alma pura, cúbreme con tu sombra
¡nada más que por hoy!
Si pienso en el mañana, me asusta mi inconstancia,
siento nacer tristeza, tedio en mi corazón.
Mas yo acepto, Dios mío, la prueba, el sufrimiento
¡nada más que por hoy!
¡Oh, Piloto divino, cuya mano me guía!,
en la ribera eterna pronto te veré yo.
Sobre las fieras olas guía en paz mi barquilla
¡nada más que por hoy!
¡Ah, déjame, Señor, esconderme en tu Faz!
allí no oiré del mundo el inútil fragor.
Dame tu amor, Señor, consérvame en tu gracia
¡nada más que por hoy!
Muy cerca de tu pecho, olvidada de todo,
ya no temo los miedos de la noche, mi Dios.
En tu amplio corazón dame un sitio, Jesús,
¡nada más que por hoy!
Pan vivo, Pan del cielo, divina Eucaristía,
¡oh misterio sagrado, regalo de tu amor!…
ven a habitar mi alma, Jesús, mi blanca Hostia,
¡nada más que por hoy!
Dígnate unirme a Ti, Viña santa y sagrada,
y mi débil sarmiento dará fruto en sazón,
y yo podré ofrecerte mi racimo dorado, Señor, ¡ya desde hoy!
Es de amor el racimo, sus granos son las almas;
para brotarlo, un día tengo que huye veloz.
¡Ay, dame, Jesús mío, el fuego de un apóstol
¡nada más que por hoy!
¡Virgen Inmaculada, tú eres mi dulce Estrella
que irradias a Jesús y haces con Él mi unión!
Déjame, Madre buena, posar bajo tu manto
¡nada más que por hoy!
¡Santo ángel de mi guarda, cúbreme con tus alas,
que iluminen tus fuegos mi peregrinación!
Ven y guía mis pasos…, te suplico me ayudes
¡nada más que por hoy!
Señor, verte deseo sin velos y sin nubes,
mas, aún exiliada, ¡sin ti que débil soy!
Que tu adorable rostro tan solo se me oculte
¡nada más que por hoy!
Yo volaré muy pronto para ensalzar tus glorias
cuando el día sin noche se abra a mi corazón.
Entonces cantaré con las liras angélicas
¡el sempiterno hoy…!”.

Un abrazo a todos, que Dios les bendiga.

   Padre Josep Vives G. HNSSC

Publicaciones Anteriores