Misa de primer viernes de mes, Fiesta de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y Consagración de los Alumnos de IV Medio a la Virgen.
El viernes 7 de junio en la misa de primer viernes de mes se celebró la Fiesta de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, patrona de la Hermandad a la que pertenecen los sacerdotes del colegio.
Presidió la eucaristía el padre Javier Jaurrieta G. y en la homilía se dirigió especialmente a los profesores, alumnas Guardias de Honor y alumnos de IV Medio:
“Profesores, San Marcelino de Champagnat decía: Mucho ánimo, mi querido profesor, cuan precioso es a los ojos de Dios su trabajo. Grandes santos y grandes hombres se felicitaban ante un trabajo tan valioso frente a Jesús y la Virgen María. “Dejad que los niños vengan a Mí pues de ellos es el reino de los cielos”. Tienen en sus manos el precio de la sangre de Cristo. Después de a Dios, los alumnos de este colegio le deberán a usted su salvación. Su vida entera, de cada uno de nuestros alumnos, será un eco de lo que usted ha enseñado. Esfuércese, no escatime nada para formar en sus tiernos corazones la virtud. Hágales sentir que, sin la virtud, sin la piedad, sin el temor de Dios, no serán nunca felices. Que no solo Dios puede hacerlos felices. Han sido creados para Dios”.
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“La vocación de las Guardias de Honor es parecida a la de la Virgen María. La misión de las Guardias de Honor es cuidar a Jesús y las cosas de Jesús: darle de comer, de beber, si se cansaba su Madre le daba descanso, cuidaba de su ropa y de sus cosas. Esta es la misión de las Guardias de Honor en el colegio.
Una Guardia de Honor en el colegio es una llama ardiendo, como la del oratorio, que nos dice que Jesús nos quiere y que está en medio de nosotros, y que nuestra vida tiene que ser amar y atender a Jesús”.
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“Alumnos de IV Medio: Hoy van a hacer una Consagración a Nuestra Señora del Sagrado Corazón porque quieren que, igual como los ha cuidado en los años de colegio, los siga cuidando en la universidad, en sus trabajos, en todo lo que harán después.
La consagración no es un acto humano, solo Dios puede consagrar algo. (…) Ustedes han sido elegidos por Dios. No hoy, el día de su bautismo. Son de Dios, lo quieran o no. Somos de Dios porque hemos recibido el bautismo. Y cada vez que hacemos una consagración recordamos qué gozo y qué dicha es pertenecer a este Dios que es tan bueno. Qué gozo y qué dicha sabernos amados de Dios, elegidos, consagrados por Dios. Esta consagración que hoy ustedes hacen, queridos alumnos de IV Medio es una expresión de alegría y confianza. “Cuánto me alegro que me ames”. Es caer en cuenta de que somos gratuitamente amados por Dios y que su amor nos precede. Nos acompaña ahora y nos acompañará en la vida eterna. Esta es una invitación a reconocer de dónde procede el bien que ustedes reciben. ¿Qué tienen ustedes que no hayan recibido? Es una invitación a alegrarse del bien de Dios, a no guardarse nada sino entregárselo todo a Dios por medio de la Virgen María. Y cuando uno palpa su debilidad, su pecado, razón de más para que, con confianza, le digas a Dios: Señor, soy tu hijo. Haz de mí lo que quieras. Haz de mí una obra perfecta. Yo no puedo. Tu sí puedes. Por eso todos nosotros nos hemos reunido aquí y les vamos a acompañar para ver cómo hacen este reconocimiento de la bondad de Dios. Y deseamos poder hacerlo un día también nosotros. Están ustedes poniéndose en las mejores manos: las manos de Dios y las manos de la Virgen María.
Por esta confianza ustedes podrán salir del colegio, porque le han dicho a la Virgen María que se alegran del amor de Dios. De que han sido elegidos, amados para ser testigos de Dios en el mundo”.
Como ya es tradición, la misa finalizó junto a la imagen de la Virgen de la entrada del colegio, en donde los alumnos de IV Medio renovaron la consagración hecha en 8° Básico.
Frente a todo el colegio Clemente Carrasco R. leyó en voz alta, seguido por toda su generación, la promesa a Nuestra Señora.