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Junio 2019

El colegio sabe que la educación cristiana “no persigue solamente la madurez de la persona humana (…), sino que busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don de la fe, mientras son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación; aprendan a adorar a Dios Padre en el espíritu y en verdad, ante todo en la acción litúrgica, adaptándose a vivir según el hombre nuevo en justicia y en santidad de verdad, y así lleguen al hombre perfecto, en la edad de la plenitud de Cristo y contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico”. (Concilio Vaticano II Gravissimum educationis).

Por eso se une a las fiestas de la Iglesia que se desborda de alegría en este mes de junio en que celebraremos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, cuya imagen nos recibe cada día en la entrada del colegio, alentándonos a acudir a ella para obtener del Corazón de su Hijo los tesoros de amor y misericordia que quiere derramar sobre los hombres.

Celebramos también la fiesta del Sagrado Corazón como la expresión natural del triple amor con que Dios ama al hombre: Divino, humano y sensible (Encíclica Haurietis Aquas Pío XII).
Corazón de Dios al que, una vez más y plenamente convencidos de la absoluta necesidad de este acto para poder llevar a cabo nuestro proyecto educativo, sin avergonzarnos ante respetos humanos y humildemente, pero con voz pública y firme, el director hace entrega del Colegio San Francisco de Asís.
Otra fiesta significativa y de gran celebración en el colegio es la fiesta del Cuerpo de Cristo, en la que el Rey de reyes y Señor de señores será paseado por el colegio y adorado públicamente por los alumnos, profesores y padres de la familia del colegio, reconociendo que no se nos ha dado otro nombre donde se encuentre la salvación

También habrá alegría por la celebración de la confirmación de los alumnos de I Medio, donde el Señor dará su Espíritu Santo, con sus dones, carismas y frutos, don gratuito y siempre inmerecido, a otra generación del colegio.

Todo esto no es una distracción en nuestra labor educativa, sino que es lo más esencial de la misma, y por eso nuestros mayores desvelos será siempre vivir y trabajar para que la educación católica de nuestro colegio sea conforme a lo expresado constantemente por el magisterio de la Iglesia, guía infalible en la emergencia educativa de nuestros tiempos.

Invitamos a todas las familias a tener este mismo sentir de tal manera que nuestro colegio exprese siempre la alegría de Cristo, rey victorioso del pecado y de la muerte.

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