Agosto 2022
Este mes de agosto siempre se ilumina con la gloriosa Asunción de la Virgen María a los cielos, cuya fiesta celebramos el día 15. Esta fiesta nos recuerda que nuestro destino es el cielo, allí está nuestra esperanza. Cómo dice la liturgia de la iglesia, «allí ya no habrá llanto, ni luto, ni muerte, ni dolor, si no paz y alegría completa».
En este mes celebramos también el aniversario de la muerte del fundador del colegio, y la llegada de la Hermandad de hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que vino para hacerse cargo de la orientación del colegio. A Don Alberto Vial A. le encomendamos, una vez más, la misericordia de Dios, y le agradecemos por haber hecho posible este «sueño de Dios», como diría el Papa Francisco, que ha hecho tanto bien a tantos jóvenes durante estos casi 40 años de existencia. También queremos agradecer a la hermandad su disposición para venir al colegio, su trabajo constante, su orientación permanente hacia el amor del Corazón de Cristo, por el caminito de la infancia espiritual y la devoción tierna y entrañable a la Virgen María, Nuestra Señora.
Estos tres acontecimientos marcan profundamente no solo este mes de agosto si no la vida entera del colegio.
Queremos destacar en este mes las confirmaciones de los alumnos de nuestro colegio, que han querido dejarse tocar por la fuerza del Espíritu Santo. Para esta celebración nos prepararemos con una jornada en qué los jóvenes disponen su alma para tan gran Don de Dios.
Queremos agradecer también a todas las familias del colegio por su participación en la campaña del kilo, que ayuda a tanta gente necesitada en este tiempo de crisis, es un acto de caridad anónimo que el Señor, que ve en lo escondido, se lo premiará a ustedes.
Animo nuevamente, desde estas letras, a sentir como propia la línea educativa del colegio, que pretende educar las almas de los jóvenes en la Verdad revelada para conquistar el mundo para Cristo, especialmente en este tiempo de tanta confrontación social, en que el enemigo a batir es la fe católica y todo lo que de sus enseñanzas se deriva.
Por último, siguiendo la declaración de nuestros pastores, los invitamos a informarse en conciencia acerca del proyecto de la nueva Constitución, sabiendo que, «en el caso de una ley intrínsecamente injusta, como es la que admite el aborto o la eutanasia, NUNCA es lícito someterse a ella, ni participar en una campaña de opinión a favor de una ley semejante, ni darle el sufragio del propio voto». (Declaración de los obispos de Chile frente al plebiscito constitucional).