Saludo Lunes 17 de Agosto
Queridos profesores y familias del colegio:
Escuchemos como san Juan Crisóstomo habla de nuestra misión de apóstoles del Señor, sea cuál sea el trabajo que realizamos (padres de familia, profesores, jóvenes estudiantes…). Dice así:
Vosotros sois la sal de la tierra. Es como si el Señor les dijera: “El mensaje que se os comunica no va destinado a vosotros solos, sino que habéis de transmitirlo a todo el mundo (…)”.
No penséis -viene a decir- que el combate al que se os llama es de poca importancia y que la causa que se os encomienda es exigua: Vosotros sois la sal de la tierra.
¿Significa esto que ellos restablecieron lo que estaba podrido? En modo alguno. De nada sirve echar sal a lo que ya está podrido. Su labor no fue ésta; lo que ellos hicieron fue echar sal y conservar, así, lo que el Señor había antes renovado y liberado de la fetidez, encomendándoselo después a ellos. Porque liberar de la fetidez del pecado fue obra del poder de Cristo; pero, el no recaer en aquella fetidez era obra de la diligencia y esfuerzo de sus discípulos.
En efecto, si los otros han perdido el sabor, pueden recuperarlo por vuestro ministerio; pero, si sois vosotros los que os tornáis insípidos, arrastraréis también a los demás con vuestra perdición. Por esto, cuanto más importante es el asunto que se os encomienda, más grande debe ser vuestra solicitud. Y así, añade: Si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Que el Señor les bendiga.
Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC