Saludo Miércoles 17 de Junio
Queridos profesores y familias del colegio:
En este nuevo día de cuarentena nos encontramos de nuevo con el hermano Rafael, que nos enseña con sencillez cómo vivir estos días.
«Bien sabe el Señor que cuando más débil me siento, cuanto más lucho con la materia que tira hacia abajo, cuando el corazón se ve sujeto a tantas cosas, y mi alma sufre con un dolor más humano que divino, entonces es cuando arrodillado delante del sagrario, y en el silencio de la noche, gimo y lloro como el ciervo sediento…
Entonces es cuando veo que solo en Cristo se halla descanso… entonces notamos que el amor que le tenemos es débil y flojo…, es un centellica que apenas llamea… vemos nuestra nada y nuestra pequeñez, vemos egoísmos, y esto nos empuja a buscar con afán lo que no es mentira ni engaño, lo que únicamente puede apagar nuestra sed: Cristo”.
Y así al final de cada jornada en nuestra experiencia de fracaso, cuando creemos que no sirve de nada lo que hacemos:
«Mi vida es la de un bobo en un monasterio. Ni sirvo a Dios corporalmente ni espiritualmente. Todo se reduce a decir ¡¡¡qué bueno es Dios¡¡¡, cómo le quiero, cómo me quiere Él a mí… y a caérseme la baba, como vulgarmente se dice. Ni hago bien la oración, ni la meditación, ni la lectura. En el trabajo…apenas trabajo. Como y duermo, no hago más que eso…comer y dormir como un animalito…Y así no puedo seguir. Mas ¿qué he de hacer? Inútil y enfermo…¡¡¡pobre hermano Rafael!!! Bástate amar a Dios, hacerlo todo por amor y con amor…el hecho en sí no es nada y nada vale. Lo que vale es la manera de hacerlo… ¿cuándo comprenderás esto?”.
Sí, sí, sí, ¿cuándo comprenderemos esto?
Que Dios les bendiga y la Virgen les cuide.
Padre Javier Jaurrieta G. HNSSC