Criterios del trabajo académico del colegio
Queridas familias, en continuidad con los mensajes que les enviamos los días 19 de marzo y 6 de abril y el video del día 4 de mayo, les escribimos para contarles sobre los criterios con los cuales estamos trabajando como colegio en este periodo, caracterizado por una enorme incertidumbre, e informar sobre algunas medidas que hemos ido tomando.
Ver aquí circulares mencionadas:
– Respecto a las actividades que envía el colegio (19/03/20)
– Criterios del trabajo académico del colegio (06/04/20)
– Reflexión en tres videos (04/05/20)
1.Contexto general
Como les hemos informado, el colegio ha implementado su modo de trabajo en diversas etapas progresivas.
En un primer momento, apenas fuimos notificados de la repentina suspensión de clases, la lógica fue continuar el trabajo iniciado en las clases que alcanzamos a tener. Ya en ese momento, sin embargo, se enunciaron los criterios básicos con los cuales hemos seguido trabajando hasta hoy.
A poco andar, cuando tuvimos certeza de que la suspensión de clases se extendería varios meses, nos vimos en la necesidad de plantearnos el modo en que se abordarían los contenidos pensados para clases presenciales y que, de improviso, hubo que entregar de otra forma. El principal problema es que muchos de estos contenidos, impartidos según los modos propios del colegio, no son trasladables a una guía escrita o una clase online. El trabajo de laboratorio en Ciencias, la discusión de Filosofía, la demostración de Matemáticas, el coro de una generación completa en Música o la narración profunda y gratuita de la clase de Historia son irreproducibles en estos formatos. Esto nos llevó a redefinir los objetivos de cada uno de los cursos y a plantearnos qué era posible en este nuevo esquema, intentando conservar el gozo de las cosas bellas, profundas y verdaderas que siempre hemos querido transmitir a los alumns. Este cambio ha significado un trabajo enorme para los profesores, Jefes de Departamento, Directores de Ciclo y el colegio en general.
Desde hace algunas semanas, sabiendo ya que no habrá clases presenciales durante todo el primer semestre, el trabajo del colegio ha entrado en una etapa de consolidación, con un régimen de trabajo tan estable como lo permiten las circunstancias.
Este régimen regirá mientras dure la suspensión de clases, cuya fecha de término desconocemos, hasta que retomemos una actividad presencial cuyos modos concretos tampoco es posible prever.
El propósito de este mensaje, aun a riesgo de extendernos un poco, es explicitar estos criterios en un único documento y definir algunas cuestiones menores que estaban abiertas.
2.Premisas importantes
El modo concreto en que está trabajando el colegio, cuyos detalles serán expuestos en otras circulares distinguiendo los respectivos niveles, se basa en algunos principios fundamentales a los que siempre es conveniente volver.
Estos principios evidencian la particularidad del proyecto educativo del colegio, cuyo reflejo formativo es el respeto por la vida familiar y cuyo aspecto académico es la fidelidad a la verdad.
Como se señaló desde un comienzo, el colegio considera que la responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos no puede ser usurpada ni entregada por ellos mismos a otros.
En el ámbito académico, que es el tema de este mensaje, tenemos la libertad de definir internamente nuestros propios objetivos, actividades y ritmos de trabajo. Como colegio, no tenemos ningún tipo de presión extrínseca por los contenidos. Es es así hasta IV Medio, cuando comienza a operar la exigencia de la Prueba de Transición, ex PSU.
Por eso, tal como fue informado oportunamente, hemos modificado nuestros programas para este año, a partir de dos preguntas fundamentales: (a) qué, de nuestros contenidos, es posible entregar sin que se pierdan los objetivos para los que fueron pensados, (b) qué es posible que aprenda un alumno teniendo en cuenta las enormes limitaciones de la enseñanza a distancia. Nuestro objetivo nunca ha consistido en un mero “cubrir contenidos”, menos aún en estas circunstancias, y nada nos presiona a hacerlo.
Por el contrario, nuestro énfasis académico es el de comunicar una verdad profunda respecto de cada saber, mostrando cosas reales, capaces de fascinar la inteligencia de un niño. Por supuesto, este objetivo, muy distinto de los contenidos ministeriales, no puede ser plenamente logrado en las circunstancias actuales. Como han podido percibir durante sus años de permanencia en el colegio, nuestro trabajo académico se funda en un contacto directo, personal, eminentemente oral y presencial, lo cual ha redundado en hábitos docentes de nuestros profesores que son muy diversos a las expectativas generadas por la situación que vivimos.
Como se afirmó desde un comienzo, nuestro compromiso no es ni puede ser el replicar en las casas lo que hacemos en el colegio, sino dar la continuidad posible a los aprendizajes manteniéndonos fieles a nuestro proyecto educativo.
En consecuencia, el modo de trabajo que ha definido el colegio resulta ser muy distinto al de la mayor parte de los establecimientos educacionales del país. Por supuesto, esto no significa que no haya habido errores o que todo se haya hecho bien, sino simplemente que los criterios para evaluarlo no son comparables, porque los principios son distintos.
3.Criterios prácticos
A la luz de estos principios, hemos definido y comunicado tres criterios fundamentales según los cuales hemos enfrentado esta crisis. Los dos primeros han sido y seguirán siendo profundizados en otras instancias, por lo que nos detendremos sobre todo en el tercero:
i) Este es un tiempo especial y así debe ser vivido. Es un tiempo de gracia para recibir dones especiales. Es un tiempo de las familias. El colegio asume plenamente la responsabilidad de dar continuidad a los aprendizajes y contribuir a mantener los hábitos académicos, pero no pretende seguir enseñando lo mismo como si nada sucediera. Por eso, nuestro foco con los alumnos, sobre todo en los cursos superiores, ha sido acompañarlos en la adquisición de autonomía, que es efecto de la templanza y la fortaleza.
Solo en IV Medio, en que los aprendizajes adquieren un carácter utilitario que, si bien no compartimos, es necesario para los alumnos, hemos asumido objetivos y modos más semejantes a los de la mayor parte de los colegios: completar programas y contenidos que no hemos definido para una prueba que no hemos elaborado.
ii) El colegio no regula los horarios ni los tiempos de una familia, pues la vida doméstica no debe estar en función del colegio. Esta es la razón principal por la cual, desde el inicio, el colegio declaró que no asumiría el formato de las clases online. Allí donde estas se han implementado mediante Classroom, el encargo explícito a los profesores ha sido que las sesiones de Meet se refieran a los contenidos entregados en las guías enviadas semanalmente, de manera que se respete a las familias cuyos hijos, por cualquier tipo de razón (desde falta de dispositivos a las dinámicas familiares), no puedan conectarse. Solo en aquellas asignaturas en que hay plena certeza de que todos los alumnos se pueden conectar sin dificultad, se ha asumido el esquema de una clase online propiamente tal.
iii) El criterio académico más relevante, en consecuencia, es que la medida del trabajo de los alumnos debe ser definida en la casa. Cada alumno, en su familia, debe hacer lo que pueda hacer; ni un poco menos, pero no seremos nosotros quienes definamos cuánto sea eso. Esta medida es muy distinta para cada familia y para cada niño dentro de ella; lo mismo que para algunos se hace poco, para otros resulta ser demasiado. En este sentido, la lógica del colegio no ha sido presionar a los alumnos para que hagan todo, sino saber cuánto han podido hacer y motivar a cada uno a que no trabaje menos de lo que efectivamente puede.
Para el colegio, es fundamental que el enorme esfuerzo de los profesores en la elaboración semanal de un material bello y profundamente verdadero sea acogido y correspondido en cada casa según sus posibilidades. Con sus limitaciones e imperfecciones, cada material responde a una pregunta seria y profunda sobre lo que conviene enseñar hoy. Hemos visto cómo, a medida que pasa el tiempo, se va normalizando la posibilidad de trabajar todo lo enviado. Por eso, cuando un alumno no ha respondido a las propuestas enviadas, nos hemos preocupado de conocer la razón y, en la medida de nuestras posibilidades, hemos ayudado a superar esas dificultades. Pero nuestro criterio no es el de una medición cuantitativa que termine en una calificación, sino el del seguimiento singular de cada alumno con todas sus particularidades. Durante este periodo, tal como se hace normalmente en el colegio, hemos recogido y llevamos un detallado registro de cómo está trabajando cada alumno.
En este contexto, es conveniente despejar toda duda respecto de las calificaciones y de la promoción anual de los alumnos. La actividad de este semestre, que ha sido permanentemente evaluada, no será calificada con notas. Las notas, entre 7º Básico y IV Medio, comenzarán cuando retomemos la actividad presencial; si esto no sucediera, definiremos el modo de calificar en el momento en que sea posible saber cómo terminará el año.
Como es habitual en el colegio, la promoción de los alumnos no dependerá de la cobertura de los programas ministeriales, sino de la consecución de los objetivos que nosotros mismos hemos definido en nuestros programas y que hemos adaptado a las circunstancias actuales.
4.Consideraciones finales
El colegio ha luchado por mantenerse firme en la fidelidad al proyecto educativo que les describimos al postular y que permanentemente explicamos en las reuniones generales. El modo que se ha elegido surge directamente de estos principios. Los mensajes diarios y las charlas de los sacerdotes, cuya lectura aconsejamos encarecidamente, son la profundización de estos principios en las circunstancias actuales.
Los momentos extremos ponen radicalmente a prueba los principios. Si bien las circunstancias actuales no dan cuenta adecuada de nuestra actividad normal, tanto en el colegio como en las propias familias, nos han permitido manifestar muy claramente dónde están nuestras prioridades y dónde hemos puesto nuestro corazón. Como solemos repetir, citando a Benedicto XVI, la educación requiere “la cercanía y la confianza que nacen del amor”. Esta es una ocasión adecuada para cuestionarse y para renovar esa confianza en el proyecto del colegio.
Estos principios y criterios pueden realizarse de muchos modos diversos. Por esta razón, agradecemos sinceramente los comentarios que quieran enviarnos, más aún considerando que este es el mejor modo de conocer cómo está viviendo este proceso cada familia.
Las cuestiones más prácticas y concretas, propias de cada nivel, serán explicitadas en circulares que les enviaremos en los próximos días.
Les saluda cordialmente,
La Dirección
4 de junio de 2020