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Saludo Lunes 25 de Mayo

Queridos profesores y familias:

Este domingo hemos escuchado el pasaje del evangelio de San Mateo en el que se nos narra la Ascensión de Jesús al cielo. Las últimas palabras que el evangelista pone en boca del Señor es: “sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20). Jesucristo, Dios y hombre verdadero, nos acompaña siempre para ayudarnos y, sobre todo, para comunicarnos el Espíritu Santo que nos santifica. El próximo domingo vamos a celebrar Pentecostés, fiesta en la que, además de recordar el hecho histórico de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, vamos a pedir a Dios que nos comunique con más fuerza los dones del Espíritu Santo y, a la Virgen, pediremos que nos ayude a abrirnos a esos dones.

Para animarles a desear más estas preciosas gracias de Dios, a lo largo de esta semana iremos poniendo una pequeña reflexión sobre cada uno de estos dones del Espíritu Santo que, como saben, son siete: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Ciencia, Temor de Dios, Fortaleza y Piedad. Hoy hablaremos de la Sabiduría.

En primer lugar, dos textos de la escritura: «Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría y el hombre que alcanza la prudencia; más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro. Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar. Con la Sabiduría fundó Dios la tierra, consolidó los cielos con inteligencia (…)” (Prov.3).

«La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad, ¿quién los puede contar? La altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo, ¿quién los alcanzará? La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, Sólo uno hay sabio, el que en su trono está sentado. El Señor mismo la creó, la vio y la contó y la derramó sobre todas sus obras, y se la dispensó a los que le aman”. (Eclo. 1)

La sabiduría es un don que va estrechamente unido a la caridad. La sabiduría nos introduce en todo el saber revelado, la Palabra de Dios y los misterios cristianos, los cuales junta en una síntesis orgánica en la que todas las verdades hallan su sitio y se conexionan armoniosamente. Es la sabiduría que «Dios revela a los pequeñuelos» (Mt 11,25), una sabiduría amorosa, de orden supracientífico. Mediante ella el hombre se connaturaliza con Dios en todos los planos del ser, del conocimiento, del amor, de la acción y del gozo. Bajo su luz la mirada del cristiano permanece fija en Dios, abarcando en su campo visual las verdades eternas y las contingencias de la historia.

A la Virgen pedimos el don de Sabiduría para conocer más profundamente los misterios de Dios y amarlos de corazón.

Un abrazo a todos, que Dios les bendiga y la Virgen les guarde.

 

 

Padre Josep Vives G.

HNSSC

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