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Saludo Domingo 17 de Mayo

Queridos profesores y familias,

El viernes nos vimos regalados con una visita inesperada que nos llenó el corazón de alegría. Alrededor de las siete de la tarde, la Virgen María se hizo especialmente presente a través de una imagen llegada desde el santuario de Fátima. No pudimos acogerla con toda la solemnidad a la que nuestro espíritu filial nos impulsaba, pero lo hicimos con corazón lleno de amor y confianza. En un momento de oración ante la imagen de la Virgen de Fátima hice una petición para mí y para toda mi familia, de la que ustedes, de alguna manera, forman parte: “Madre querida, ayúdame a abrirme a tu mensaje de conversión y de esperanza. Que de verdad Dios lo sea todo para mí”.

Ante esta preciosa imagen de la Madre de Dios también han resonado en mi corazón esas palabras que ella le dirigió a Lucía: “Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino seguro que te conducirá a Dios”. Ante el comienzo de este difícil tiempo de cuarentena, lleno de inquietudes y dificultades familiares, hagamos del corazón Inmaculado nuestro refugio, juntémonos como familia en torno a la Madre de Dios para rezar, especialmente el rosario. Ella nos cuidará y formará en nosotros un corazón según el de Cristo en el que brille la caridad que sabe perdonar y pedir perdón, agradecer, felicitar, olvidarse de los propios deseos y caprichos en favor del bien de los demás, dejar solo al que necesita un minuto de silencio, escuchar al que lo precisa, pasar por alto lo que hay que pasar por alto, llevar con paciencia los defectos ajenos y ser humilde para aceptar los propios y la ayuda que necesitamos…

Salve Señora venida del cielo, esperanza de los pecadores, consuelo de los que sufren, alegría de las almas fieles, a tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios, no nos abandones en nuestras necesidades, que no quede defraudada la esperanza que ponemos en ti, la Reina de cielo y tierra, la dulce Virgen María.

Padre Josep Vives G.

HNSSC

 

 

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