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Octubre 2018

Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz, haz que yo ponga verdad donde hay error y alegría en la tristeza. Haz que no busque tanto ser consolado como consolar, ser amado sino amar…

Este mes de octubre con cariño y devoción recordamos a San Francisco de Asís, el santo que despreció los éxitos y las riquezas de este mundo porque encontró el amor de Cristo, el santo que fue fuerte para no dejarse llevar por las modas del momento y reconstruyó una Iglesia y una sociedad que se estaba hundiendo por el abandono del culto austero y sencillo de la Verdad, el santo que nos enseñó a extasiarnos de ternura ante Dios hecho niño en Belén… El santo, en fin, que sabía descubrir el amor de Dios comunicado al hombre en toda la Creación: en el hermano lobo, el hermano fuego o la hermana muerte. Y al recordarlo pedimos que los alumnos del colegio se formen en la fortaleza y ternura del pobre de Asís. A él también le pedimos que ilumine la labor educativa de cada uno de los profesores que van acompañando a los niños en su camino de formación, para formar en ellos al hombre perfecto según la medida de Cristo Jesús.

La alegría de esta fiesta nos lleva a celebrarla con la Misa en la Catedral Metropolitana, acto central de nuestras celebraciones, aunque también tendrán su espacio la diversión y la sana competencia deportiva en un ambiente de fiesta, que es expresión de la alegría interior que nos invade al estar siendo educados en la verdad.

También celebramos este mes el descubrimiento y la evangelización de nuestras tierras, agradeciendo a Dios que el impulso de la reconquista que llevó a España, nación católica, a recuperar su suelo patrio del domino musulmán no se detuviera en sus límites territoriales, sino que yendo “plus ultra” (lema del escudo de España) continuara en estas tierras su misión evangelizadora y civilizadora. Porque, como decía el Papa Pío XII: “La Iglesia no evangeliza civilizando, sino que civiliza evangelizando”. Y San Hilario: “¿Qué hay tan peligroso para el mundo como el no haber recibido a Cristo?”. Por eso damos gracias a Dios y celebramos este acontecer histórico conscientes de donde hemos venido, de quienes somos y pidiendo luz para ver cuál es nuestro destino en la historia.

Deseando compartir con ustedes estas alegrías de la educación de nuestros alumnos esperamos saludarlos en las fiestas en honor de nuestro santo patrón.

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