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Septiembre 2017

Este año el mes de septiembre parece que ha querido juntar una serie de eventos del colegio que, una vez más, nos dejan asombrados por su valor educativo y orientador del hombre y de las familias en la fidelidad a la verdad que queremos mostrar al mundo.

En el colegio siempre se celebran las Fiestas Patrias como una expresión de alegría y agradecimiento por la patria que nos da sentido en la historia y en el tiempo. Parafraseando un poema de Manuel Machado podemos decir: “¡Ay del que sueña comenzar la Historia, y amigo de inauditas novedades, desoye la lección de las edades y renuncia al poder de la memoria! (…) Vuelve a tu tradición, Patria mía. ¡Sólo Dios hace mundos de la nada!”.

Además, este mes comienza con la celebración de las primeras comuniones de los Terceros Básicos que se acercan recibir el dichoso banquete, donde Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la vida futura. Los padres de estos niños, cumpliendo el encargo recibido de Dios de educar a sus hijos para el cielo, se alegran de poder ir acompañándolos en este camino de la fe.

Por otro lado, Dios en su providencia ha querido que este año haya desierto florido, ocasión que hemos aprovechado para realizar la Expedición de los Quintos Básicos a Llanos de Challe. Allí podremos reconocer que los demás seres vivos tienen un valor propio ante Dios y, “por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria, porque el Señor se regocija en sus obras” (Laudato Si. Papa Francisco), y presentarnos ante las maravillas de Dios con la humildad necesaria. “La desaparición de la humildad, en un ser humano desaforadamente entusiasmado con la posibilidad de dominarlo todo sin límite alguno, sólo puede terminar dañando a la sociedad y al ambiente. No es fácil desarrollar esta sana humildad y una feliz sobriedad si nos volvemos autónomos, si excluimos de nuestra vida a Dios y nuestro yo ocupa su lugar, si creemos que es nuestra propia subjetividad la que determina lo que está bien o lo que está mal” (Laudato si. Papa Francisco).

Junto a otras cosas, como las vacaciones y los estudios cotidianos, llegaremos al final del mes para celebrar el asado familiar, tradicional asado franciscano donde en un ambiente de amistad y de común unión entre las familias celebramos a nuestro santo Patrono, y terminar con la celebración de la misa, centro de la vida del colegio.

 

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