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Palabras al Inicio del Año

El lunes 6 de marzo, durante la Ceremonia de Inicio de Año, el Director del Colegio, don Alberto Vial E, invitó a todos los alumnos a tener un corazón dispuesto y confiado para recibir lo que el colegio, a través de los profesores, quiere entregarles.

Palabras del director, don Alberto Vial E.:

«Los quiero invitar al empezar el año con alegría y esperanza, y que esta alegría y esperanza nos haga trabajar día a día en lo que hay que hacer.

Es muy importante, como decía el padre Javier sobre todo a los alumnos mayores, es muy importante considerar en qué estamos en el colegio. Y que verdaderamente, para aprovechar lo que el colegio les puede dar, considerar lo que cada uno puede recibir, estando siempre con un corazón disponible a recibir. Nadie puede darles, si cada uno de ustedes no está dispuesto a recibir lo que se les quiere dar.

Por sobre todas las cosas, yo, en nombre de todos los profesores, les pido una disposición del corazón. Una profunda confianza en lo que cada profesor les está entregando. Una profunda confianza que los haga recibir lo que el profesor les entrega como algo bueno para ustedes. Y después de recibido, apropiarlo, trabajarlo. Hacer lo que en cada momento se les pide que hagan.

Es importantísimo en el colegio, es vital, vital viene de la palabra vida, que cada uno se disponga, en el fondo, a obedecer. Este poder confiar en otro, eso es obedecer. Obedecer es hacer lo que el otro quiere, y lo que el profesor quiere, lo que el colegio como cuerpo de profesores quiere, es su bien. Es que ustedes estén bien, que cada uno de ustedes pueda crecer plenamente como hombre. Puedan crecer plenamente para ser lo que cada uno de ustedes está llamado a ser.

Y para eso, como decía, y lo reitero, se requiere de su disposición interior. De su disposición a hacer lo que se les pide que hagan. A hacer en cada momento lo que hay que hacer. Si hay que leer un libro, leer el libro; si hay que estar callado en clases, estar callado en clases; si hay que salir a jugar con los amigos, jugar con los amigos. Si hay que ayudar a otro, ayudar a otro. Y así en cada momento, delante de Dios, saber lo que hay que hacer. Y de esta manera cada uno recibirá lo que tiene que recibir.

En un jardín, cuando uno lo riega, cada planta recibe según lo que tiene que recibir, para poder crecer plenamente. Cada planta a lo mejor absorbe una cantidad distinta de agua, de sol, de abonos; sin embargo, cada planta crece como tiene que crecer para llegar a ser plenamente lo que está llamada a ser.

Y nosotros, evidentemente, somos mucho más que una planta. Pero también estamos llamados, ahora voluntariamente, no como un acto automático sino que con la libertad que cada uno tiene, a recibir lo que se nos está dando, y para eso, como vuelvo a decir, se requiere una disposición interior. Ser personas disponibles, con un corazón abierto, a recibir para su bien todo lo que se les quiere entregar.

Así que los invito a empezar el año con esa disposición que decía a recibir. Porque hay que tener esperanza de que todo esto que se les quiere entregar es para el bien de cada cual. Y esto requiere un esfuerzo personal, requiere de cada día ir haciendo lo que se les pide que hagan. Nada más que eso.  Algunos se sacarán buenas notas, otros menos; algunos serán felicitados, otros menos, pero sin embargo, haciendo lo que día hay que hacer, se está recibiendo lo que cada uno necesita para su plenitud.

Así que los invito en esta disposición también a ayudarse unos a otros. Si hay alguien que necesita ayuda, hay que dársela; en esto consiste la solidaridad, en que el que tienen le da al que no tiene. El que tiene la capacidad de estar callado en clase, le ayuda al otro a estar callado; el que tiene la capacidad de leer un libro frente a otro, le ayuda a leerlo; el que tiene la capacidad de estudiar, le ayuda al otro a estudiar; el que tiene muchos amigos, también comparte sus amigos, en fin. Siempre unos con otros. Ayudándose, en lo que cada uno necesita. Esta es la invitación que quiero hacer para este año.

Les pido también, sobre todo para los más grandes, los que tengan algo que decir sobre el colegio o sobre los profesores, díganlo a las personas que corresponda. Están sus profesores jefes, sus directores de ciclo, y yo mismo, disponibles para escuchar y recibir todos los comentarios y proposiciones o ideas que cada uno quiera hacer sobre el colegio, para que vaya progresando cada día más.

Los invito a terminar este acto de iniciación del año cantando el himno del colegio».

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