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Septiembre 2016

El mes de septiembre está marcado por la celebración de las Fiestas Patrias. En el colegio nos interesa mucho destacar este evento, no porque estemos deseando las necesarias vacaciones donde el cuerpo y el espíritu descansan y se recuperan del trabajo cotidiano, sino porque es misión principal de la educación enseñar el deber de caridad hacia la Patria.

Pero antes de dedicar unas palabras a esta importante fiesta, queremos recordar que los fines de semana, además de vivir con la familia, tenemos la oportunidad de participar en diferentes competencias deportiva. En especial, este mes, disfrutaremos de las Olimpiadas familiares, un momento de encuentro de toda la familia del colegio que debemos aprovechar para fortalecer la conciencia de pertenencia al colegio y los lazos de amistad entre los compañeros.

Volviendo a nuestras Fiestas Patrias, traemos a la memoria el libro que Juan Pablo II escribió en 2004, titulado “Memoria e identidad” en el cual explica lo que él piensa acerca del amor a la patria:

“Si se pregunta por el lugar del patriotismo en el decálogo, la respuesta es inequívoca: es parte del cuarto mandamiento, que nos exige honrar al padre y a la madre. Es uno de esos sentimientos que el latín incluye en el término pietas, resaltando la dimensión religiosa subyacente en el respeto y veneración que se debe a los padres, porque representan para nosotros a Dios Creador. Al darnos la vida, participan en el misterio de la creación y merecen por tanto una devoción que evoca la que rendimos a Dios Creador. El patriotismo conlleva precisamente a este tipo de actitud interior, desde el momento que también la patria es verdaderamente una madre para cada uno. El patrimonio espiritual que nos transmite nos llega a través del padre y la madre, y funda en nosotros el deber de la pietas. Patriotismo significa amar todo lo que es patrio: su historia, sus tradiciones, la lengua y su misma configuración geográfica. Un amor que abarca también las obras de los compatriotas y los frutos de su genio. Cualquier amenaza al gran bien de la patria se convierte en una ocasión para verificar este amor (….) La doctrina social católica habla en este caso de sociedades «naturales», para indicar un vínculo particular, tanto de la familia como de la nación, con la naturaleza del hombre, la cual tiene carácter social. Las vías principales de la formación de cualquier sociedad pasan por la familia, y sobre esto no caben dudas. Y podría hacerse una observación análoga también sobre la nación. La identidad cultural e histórica de las sociedades se protege y anima por lo que integra el concepto de nación”.

Recordemos juntos nuestras raíces y demos gracias a Dios que nos dio por baluarte esta Patria a la que debemos todos nuestros amores.

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